Mi interés por los temas referentes a la igualdad de género, comenzó por los años 1990 en el que eché a rodar mi labor como docente, participando en cursos de coeducación, donde me mostraron los trabajos relacionados con los estudios históricos a través de la revista Arenal y la Asociación Española de Investigación Histórica sobre las mujeres (AEIHM). Siempre he admirado a las mujeres defensoras de los derechos de la mujer desde la igualdad de género y de los derechos individuales, desde el ámbito del matrimonio y la familia, en su lucha por la igualdad de la pareja y en sus reivindicaciones de educar a los hij@s. Esto me llevó a interesarme por los trabajos de género en mi etapa universitaria y una vez concluida ésta, en orientar mi tesis hacia una búsqueda sobre el papel, participación y presencia de la mujer malagueña en un período determinado, Fernando VI, enmarcado en la Edad Moderna, del cual hay poco investigado en esta provincia, y ello me planteó un reto atractivo.
Se pone de manifiesto cómo en la actualidad existe un creciente interés por los estudios sobre la historia de la familia desde que en 1982 el profesor Francisco Chacón Jiménez creara un seminario sobre la familia y las élites y la posterior reunión científica celebrada en 1994 en la capital murciana sobre Historia de la Familia, nuevas perspectivas sobre la sociedad europea.
A partir de ahí se mencionan una serie de profesoras e historiadoras interesadas por este tema como son: la profesora Teresa López Beltrán, Margarita Birriel Salcedo, Mónica Bolufer Peruga, María Victoria López-Cordón Cortezo entre otras.
Se comprueba cómo el trabajo historiográfico ha encontrado en los protocolos notariales una gran fuente de datos. Mi primer objetivo planteado es aprovechar la gran riqueza de datos que nos aportan los protocolos notariales para completar un análisis de la mujer malagueña en la época del reinado de Fernando VI (1746-1759), dentro de los estudios de género. Este periodo de la Edad Moderna, es etapa histórica referida a una categoría historiográfica que diversas autoras han considerado la forma básica de pensar del pasado. He querido investigar una parcela de la historia de las mujeres malagueñas como historia social en diferentes aspectos, en consonancia con el progresivo interés en las últimas décadas por los análisis de estas características, y la propia posición de la mujer en todos los aspectos de la sociedad actual.
A través de estos datos mi segundo objetivo es profundizar en: Analizar las mentalidades colectivas, los grupos sociales del momento, la cultura, su aspecto religioso y mentalidad. Investigando la historia de las mujeres como historia social y cultural, económica y demográfica. Trabajo sobre una historia concreta, pero en ningún sentido estrictamente localista, ya que podemos comparar los resultados obtenidos con otros ámbitos españoles, sin que las conclusiones difieran de forma notable. Y todo ello partiendo de la microhistoria, de todo ese mundo de pequeñas e íntimas historias familiares que nos permiten llegar hasta las grandes conclusiones generales y que nos hacen ver que también hoy día seguimos teniendo dotes, arrendamientos, poderes, testamentos y estrategias familiares ante la mayoría de sucesos que puedan ocurrirnos en nuestra vida.
Dentro de unas coordenadas historiográficas este estudio lo enmarco en la historia social.
Respecto a los criterios metodológicos he intentado verificar cada una de las afirmaciones presentadas en sus correspondientes cifras estadísticas, los porcentajes de las dotes sobre bienes o inmuebles, herencia… son muy fiables. Las dotes, los arrendamientos y los testamentos ofrecen posibilidades metodológicas para entender el campo económico y aclarar el status social y para expresar el deseo de la otorgante de cómo han de ser repartidos sus bienes.
En las relaciones familiares analizamos las historias individuales de cada otorgante y unidas unas a otras hacen un dibujo del mundo de las relaciones humanas.
Los trabajos de historiadoras como Gil Benítez, Barrera, Defourneaux, López Cordón o Villar García contribuyeron a conocer nuevas técnicas para el estudio de los protocolos en lo concerniente a la vida cotidiana, situación económica, etc.
Desde la historia social, encontramos aportaciones de historiadores como Domínguez Ortiz, Lalinde Abadía… En cuanto a las mentalidades, aunque expuestas a críticas respecto al alcance de resultados, la muerte y sus repercusiones sociales han sido tema de estudios entre los que debemos destacar los trabajos de las doctoras Marion Reder en Málaga y Mª José de la Pascua Sánchez en Cádiz.
Autores como García Hernández o Martínez López, han realizado estudios a través de las herencias y otros como Dou y de Basols, Friedman, Maspon y Anglasell han sido consultados para temas legales y jurídicos.
Realizo una defensa de los protocolos notariales como documentos en el que se refleja todo un mundo de relaciones sociales, estrategias familiares y vida cotidiana. A partir de las informaciones contenidas en sus folios se nos abrirá la posibilidad de conocer las conexiones de estas gentes con sus familiares (padres, hijas, nietas...), principalmente, aunque también con su entorno vecinal más cercano y generalizando el mundo malagueño en el siglo XVIII. Asimismo es posible aportar datos de tipo estadístico acerca de la composición de las familias y los bienes a partir de la información que nos ofrece la otorgante sobre sí misma, su cónyuge e hij@s. La historia de las mujeres viene privilegiando esta fuente porque en ella encuentra a las mujeres en la cotidianidad, en actividades y espacios muy diversos: la actividad económica (contratos de compraventa, cartas de soldada, arrendamientos…), y su papel en la reproducción social de las familias (dote, testamentos, tutelas, donaciones…). Manifiesto haber realizado la consulta de todos los volúmenes posibles formalizados por escribanos de Málaga capital de esta época concreta conservados en el Archivo Histórico Provincial de Málaga. Cerca de ciento cincuenta legajos han sido examinados, y he obtenido información sobre 503 escrituras otorgadas por mujeres de la urbe malagueña. Hay que reconocer ciertas imprecisiones y carencias en los protocolos con los escribanos, portador de subjetividad en sus trabajos.