A pesar de los esfuerzos realizados en la Unión Europea en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, tal problemática persiste por encima del paso del tiempo, con graves consecuencias sociales y económicas. Así, con
independencia de que todos los países acusen el impacto de la situación de deterioro económico que venimos
arrastrando desde el otoño de 2007, la impresión inmediata es la de encontrar mayores dificultades para afrontar tal proceso, desde los mismos comienzos, en aquellos países donde las tasas de pobreza eran más elevadas, como Grecia,
España, Italia o Irlanda. En el presente trabajo se pretende indagar la influencia de la pobreza y la exclusión social
sobre el crecimiento económico, estudiando en qué medida aquellas condicionan, o pueden condicionar, a éste, investigando la consistencia teórica (basándonos en las ideas de Keynes o Myrdal, entre otros) y empírica de la
hipótesis que está siendo formulada (a través del uso de indicadores sintéticos en el caso de la exclusión social). Es
decir, verificaremos que la existencia de elevadas tasas de pobreza y exclusión constituye una limitación objetiva para afrontar con éxito la senda del crecimiento y darle una respuesta consistente. Finalmente, se presentan algunas sugerencias políticas para afrontar con éxito la situación.