El autor parte de la idea de que todo paisaje, compuesto de materia y espíritu, es el resultado de un proyecto combinado de las ambiciones materiales, de los referentes sociales y de las consideraciones intelectuales del grupo humano que usa ese lugar, y de la consideración de que jardines y paisajes son dos escalas diferentes de humanización de la naturaleza. A través del análisis de los jardines descubre las funciones materiales y de orden intelectual del grupo y, entre ambas, las aspiraciones sociales del propietario a la intimidad familiar y a la sociabilidad.