A Tomás Hobbes y su Leviatán es posible interpretarlos desde dos puntos de vista diferentes: uno que podemos denominar clásico o defensor del absolutismo y otro que llamaremos democrático liberal. Cuando se habla de Hobbes se comprende la existencia de interpretaciones divergentes, dado que dicho autor se mueve en un ambiente dicotómico, plagado de buenas y malas razones. El interés de este artículo radica en interpretar el Leviatán, a fin de apoyar mi tesis: Hobbes defensor de una democracia, aunque dotada de un poder fuerte que no impida el ejercicio democrático del mismo.