El Desastre de 1898 fue decisivo para la toma de conciencia política de la sociedad española frente al injusto y caduco sistema de la Restauración. Las clases populares -sumidas en una grave crisis económica- adquirieron esa conciencia crítica ante la exención de los hijos de la burguesía del sevicio militar, la falta de atención a las familias de los combatientes y a los heridos repatriados, la desinformación y el rumor sobre la marcha del conflicto, etc. La prensa independiente contribuyó con análisis realistas a esa toma de conciencia mucho antes de producirse el Desastre, recogiéndose en ella testimonios valiosos y poco utilizados sobre la guerra como las cartas de los soldados. La expresión inmediata de la protesta social fuerno las movilizaciones. Unas, de signo inicial patriótico, acabaron transformándose en actos violentos contra los símbolos del orden establecido. Otras se hicieron contra la carestía al grito de "pan a real". Las clases dominantes, en cambio, apoyaron sin reservas el esfuerzo bélico español, como muestra el empréstito de 1896.