Los maestros/as de educación infantil entre sus funciones deben priorizar la transmisión de valores prosociales y los principios fundamentales de los Derechos Humanos. Son aprendizajes imprescindibles para la convivencia en comunidad. Principios éticos y valores que respetan la existencia de otros, bien relativos bien universales; se reconoce la existencia de contravalores, conocerlos para evitarlos.
Se propone establecer un programa para el descubrimiento de valores que se desarrolle de forma compartida entre maestros/as y familiares muy cercanos. Las técnicas y actividades colaborativas son las más adecuadas, porque realizan entrenamiento de actitudes y comportamientos facilitadores de la convivencia. El objetivo es trabajar, a razón de un valor al mes: Honestidad, Diálogo, Tolerancia, Solidaridad, Justicia, Libertad, Ecología, Responsabilidad y Paz.
El código ético propio de la profesión del maestro/a de edades infantiles supone una responsabilidad social, por cuanto se fija la base axiológica y moral de los futuros ciudadanos/as, futuros profesionales.