No cabe duda que la denominada empleabilidad está calando en todos los ámbitos de nuestra sociedad, también en el vocabulario
y en las acciones universitarias; sin embargo, creemos necesario que, junto a esta idea, reflexionemos sobre la “responsabilidad
social” de las instituciones, mucho más, si nos ceñimos al ámbito universitario, ya que consideramos imprescindible que las
instituciones, también la universitaria, tengan una dimensión ética en su quehacer diario, ya que la universidad no es una
empresa, por lo que es necesario reflexionar sobre el horizonte al que la universidad, como institución académica y social, debe
dirigir sus pasos de manera responsable y comprometida, vinculada, según nuestra concepción, con el compromiso ético y social,
con una política universitaria vinculada con la reflexión crítica y con la formación de ciudadanas y ciudadanos autónomos,
solidarios y comprometidos con las otras personas y los entornos donde nos desarrollamos, por lo que rechazamos esa aureola de
mercantilización del saber que parece rodear a las iniciativas de emprendimiento.