La presente tesis pretende aportar una visión económica de la gestión del servicio de abastecimiento de agua potable a la ciudad de Málaga en un amplio marco cronológico que abarca las cuatro últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras del XX. En esos setenta años la población de la ciudad se duplicó y se produjo un proceso de expansión urbana a través de operaciones de ensanche interior y de ampliaciones de la superficie urbanizada con la construcción de nuevos barrios. Asimismo, en ese periodo la ciudad vivió el ocaso de las grandes iniciativas industrializadoras del segundo tercio del XIX, la profunda crisis demográfica y económica de finales de siglo y la recuperación de las primeras décadas del XX gracias a la proliferación de industrias vinculadas a los nuevos hitos tecnológicos y energéticos de la Segunda Revolución Industrial y al sector agroalimentario, caracterizadas por unas dimensiones más ajustadas a las necesidades de los mercados y por su apertura exterior.
A partir de este planteamiento inicial se propone como objetivos fundamentales, por un lado, establecer los principios y las características de los modelos de gestión económica aplicados por las empresas concesionarias del servicio de aguas de Torremolinos entre 1876 y 1913, y por las autoridades municipales entre esta última fecha y 1930; y, por otro, estudiar el proceso de crecimiento y transformación urbana de la ciudad desde el punto de vista del abastecimiento de agua, como uno de los factores primordiales que permitían asentar aquél. El objetivo último de este trabajo de investigación es, dada la amplitud del tema y de la etapa tratada, trazar unas líneas de estudio que permitan construir un modelo interpretativo de la gestión del agua como recurso económico y social, susceptible de ser comparado con otros modelos similares para constituir una aportación a una interpretación general de la gestión de los recursos naturales en función de las demandas urbanas en la España de los siglos XIX y XX. Para ello se ha aplicado una metodología basada en la utilización de fuentes documentales manuscritas, impresas y hemerográficas procedentes de archivos locales y nacionales de carácter público y privado.
El juego económico en torno al abastecimiento hídrico comportaba la existencia de una oferta determinada por un volumen de agua y unos agentes específicos (Ayuntamiento, concesionarios y grandes propietarios de agua), y una demanda que venía condicionada por el crecimiento demográfico –que no siempre evolucionó positivamente, aunque la población doblara su cantidad en el periodo de estudio- y por las necesidades propias del proceso de urbanización, de los nuevos hábitos sociales de higiene pública y privada y de las tipologías industrializadoras que surgieron en torno al cambio de siglo. La investigación se estructura en seis capítulos. El primero se dedica al problema del agua en la Segunda Industrialización, y tiene como objetivo la definición del proceso de transición del sistema clásico al sistema moderno de agua potable, siguiendo las líneas maestras trazadas en los trabajos del Dr. Matés Barco. En el segundo capítulo la referencia es el marco urbano, la ciudad de Málaga en el periodo de estudio a través de tres subcapítulos dedicados a su evolución demográfica y socioeconómica, las transformaciones urbanas y la extensión de los servicios públicos. En el capítulo tercero se aborda un detallado análisis de la constitución y desarrollo de los sistemas de abastecimiento urbano en la etapa que Matés denomina clásica, es decir, hasta el siglo XIX. Las condiciones hidrogeológicas e históricas de la gran alternativa planteada a mediados del siglo XIX, el acuífero de Torremolinos, ocupan el capítulo cuarto. Los profundos cambios que se dedujeron de la adopción de los manantiales de Torremolinos como fuente principal del suministro a la capital centran el capítulo quinto, que repasa el proceso de construcción de la infraestructura, la incapacidad municipal para concluir el proyecto y el recurso a la concesión administrativa como medio de gestión del abastecimiento, siempre envuelto en polémicas y escándalos por las carencias del servicio y las dudas que suscitaba su administración por parte de privados. El sexto y último capítulo analiza los cambios producidos en el sistema de gestión a principios del siglo XX, cuando el problema del agua se situó en el centro del debate político entre republicanos y conservadores hasta culminar con la municipalización del servicio aprobada en 1913, que a su vez abrió la posibilidad de llevar a cabo una modernización del suministro que aún tardó más de una década en plasmarse en una reconstrucción más racional y completa de todo el sistema de traída diseñada por el ingeniero Bores Romero, quedando pendiente entonces la renovación de la red de distribución, elemento imprescindible para la utilidad del abastecimiento. Se puede decir que el cambio de modelo de gestión implicó una auténtica modernización del sistema y la superación de las actividades especulativas en torno al suministro, pero que fue insuficiente para satisfacer las demandas sociales y urbanas, por lo que el abastecimiento de agua siguió siendo un problema vinculado al crecimiento urbano durante las siguientes décadas.