La movilidad en las ciudades se ve comprometida por un tráfico cada vez más elevado y unas infraestructuras que no pueden ampliarse. Por tanto, la mejora de la movilidad y su sostenibilidad deben venir de la mano de una mejor gestión de los recursos, con la incorporación de estrategias de control del tráfico que se adapten en cada momento a sus condiciones. El principal obstáculo está en la obtención de esa información. Una posibilidad son las redes de sensores inalámbricos, que pueden aportar información sobre las condiciones en una zona de interés, con vistas a una planificación más eficiente y al despliegue de algoritmos de control más elaborados.