Objetivos: Resulta obvio que el estado de salud está
determinado por múltiples factores socioeconómicos o
hábitos de vida, distintos a la asistencia sanitaria. Este
trabajo se centra en los relativos al mercado laboral, tratando
de cuantificar el efecto del estrés y aspectos relacionados
con las condiciones de trabajo sobre el estado
de salud autopercibido o el indicador de salud mental
GHQ-12.
Material y métodos: Las fuentes de información seleccionadas
serán la Encuesta Nacional de Salud
(2011/12) y la Encuesta Nacional de Condiciones de
Trabajo 2011. Ésta recopila información detallada sobre
el puesto de trabajo, factores psicosociales, horario y
conciliación laboral y familiar de los ocupados. Como
ventaja adicional, valora si los problemas de salud declarados
se han producido o agravado por el trabajo que realizan.
Los problemas de endogeneidad que afectan a
tales relaciones se han tratado mediante modelos probit
multivariante y/o propensity score matching.
Resultados: Los resultados preliminares con la ENS
confirman que una jornada irregular o partida y tener
responsabilidad sobre otros trabajadores aumentan la
probabilidad de soportar un nivel de estrés elevado. A
su vez, éste incrementa la probabilidad de padecer depresión,
úlcera de estómago, problemas cervicales y
lumbares. Estos problemas de salud y un elevado nivel
de estrés aumentan la probabilidad de declarar un estado
de salud regular, malo o muy malo.
Conclusiones: La inversión en políticas de salud laboral
resultará beneficiosa para reducir los efectos de
condiciones laborales adversas sobre la salud de los trabajadores,
los beneficios empresariales y la sociedad.