El presente artículo pretende explicitar cómo Picasso nunca olvidó sus raíces y el modo en el que el cartel de toros se convirtió para él en un medio más de creación y comunicación. Se expondrá la no existencia de un solo modelo de este cartel (aquél que tenemos codificado como estereotipo y que fue creado por José Ortega Bonet a finales del s. XIX), sino las esporádicas colaboraciones de grandes artistas como el genial malagueño, que dejaron atrás ese reducto folclórico y narcisista sin posibilidad de renovación, a través de sus diseños de carteles para los toros de Vallauris.