Un envase efectivo es sencillo, comunica rápidamente lo que el producto es, hace uso de puntos focales, hace frente a la competencia, está impreso correctamente, refleja la imagen del producto y si el envase es rediseñado, mantiene cierto vínculo visual con su pasado, de manera que siga siendo familiar para el consumidor. La forma del envase (ayuda a reconocer el producto), las imágenes (relacionan algo más el mensaje); el mensaje de palabras (informa al comprador). Packaging, el vendedor silencioso.