El desarrollo del turismo desde criterios de sostenibilidad ambiental es una exigencia social
y económica. Los recursos energéticos y territoriales son limitados y, por ello, todas las actividades humanas responsables se han de plantear desde este punto de vista. Ahora bien, esta exigencia moral –en el caso africano– es una oportunidad: la posibilidad de convertir un objetivo en signo de identidad, en una manera de hacer propia, donde destaque la capacidad de un continente de convertir una necesidad en la fórmula para resolver las cuestiones que esto plantea. En definitiva, el turismo sostenible, en el continente africano es una oportunidad única
porque no es una condición sobrevenida a sus necesidades y perspectivas, sino porque
responde a una manera de hacer que está en la raíz de su estar en el medio y un punto de partida para su mejora y desarrollo. El turismo sostenible es, más allá de la aplicación de las técnicas, formas de construcción y ocupación del suelo, arquitecturas, explotación de recursos, disfrute del paisaje y de sus territorios y ciudades, una oportunidad para la población africana de desarrollo y para el turismo la posibilidad de conocer y coincidir en un medio cultural que reivindica la cultura del territorio y su desarrollo posterior de otra manera.