Este trabajo tiene como objetivo presentar la eficacia de una terapia de
integración. Esto supone ir más allá de los límites de los enfoques de escuelas únicas,
integrando técnicas y descubrimientos que aunque en principio pueden parecer, en
determinadas ocasiones, incompatibles a nivel teórico, resultan enriquecedores en la
práctica clínica. Desde esta perspectiva, se ha llevado a cabo el tratamiento de una
usuaria adscrita al programa de Violencia de Género, dada la gran variedad de
sintomatología que presentan estos casos. La usuaria mostraba gran ansiedad por los
constantes acosos de su ex-pareja, falta de autoestima, depresión leve, pensamientos
rumiativos, utilización masiva de escape cognitivo frente a otras estrategias de solución
de problemas, falta de asertividad, y un gran malestar en las situaciones que la exigían,
dificultad para dormir, cansancio y diversos malestares físicos. Ante la presencia de este
cuadro clínico y dentro de una terapia orientada a la usuaria, en la que se prioriza el
papel activo de ésta en su tratamiento, se han utilizado técnicas de diversas corrientes,
como la reestructuración cognitiva (Ps. Cognitiva), para abordar creencias rumiativas de
culpabilidad; explicaciones metafóricas (ACT), como recurso para una extrapolación de
situaciones; hipnoterapia (Ps. Psicodinámica), para la introspección de emociones;
liberación emocional (Gestalt), ante creencias erróneas; Relajación y modificación de
conducta (Ps. Conductual) contra la ansiedad y hábitos conductuales autodestructivos.
Los resultados obtenidos después de cinco sesiones, han sido más que satisfactorios
obteniéndose en la reevaluación de las diferentes escalas, puntuaciones muy por encima
de la media, en áreas que anteriormente eran deficitarias como la autoestima, depresión,
satisfacción con la vida, motivación y ansiedad. Éstos resultados subrayan la eficacia de
éste tipo de terapia.