Durante el primer tercio del siglo XX Extremadura se caracteriza por su retraso económico y la existencia de un gran desequilibrio entre los diferentes sectores económicos, donde predomina el agrario. La población se divide entre una oligarquía minoritaria, que ostenta el poder económico y político, y una gran masa proletaria y a estas desigualdades hay que sumarle el alto índice de analfabetismo.
El analfabetismo, como señala Viñao: “es consecuencia de la falta de un proceso de alfabetización” (1984:152). Un proceso en el que intervienen diferentes agentes (familia, municipios, iglesia, etc.), pero sin las políticas educativas adecuadas y la puesta en marcha de las mismas es imposible conseguir atajarlo de la población en edad escolar.
A lo largo de este primer tercio de siglo asistimos a un proceso de alfabetización que poco a poco toma un impulso importante debido a factores económicos, al éxodo rural y a la incorporación de la mujer al mundo laboral asalariado (Viñao, 1999).
Sin embargo, la plena alfabetización y escolarización en España y, concretamente, en la región extremeña siguió un proceso muy largo, lento y desigual ya que hay que tener en cuenta otras variables, que van a establecer diferencias entre la misma población, como puede ser vivir en una zona rural o en la ciudad, así como aspectos ideológicos o proselitistas, peculiaridades sociales, el papel de la escuela, etc. De hecho, tardará muchos años en alcanzarse la escolarización debido, fundamentalmente, a la falta de escuelas y maestros “máxime cuando en nuestro país la escuela era prácticamente el único instrumento para alfabetizar” (Redondo y Martín, 2021).
El objetivo de este capítulo es analizar cuáles fueron los procesos de alfabetización y escolarización que se desarrollaron en la región extremeña, durante el primer tercio del siglo XX, y las causas tanto de índole social, como económico y cultural que impidieron su pleno desarrollo