En las sociedades hipercomplejas, el Derecho enfrenta desafíos cognitivos al interpretar y regular fenómenos sociales dinámicos. Este artículo propone que la literatura, con su capacidad de ofrecer representaciones densas y universales de la realidad, constituye una herramienta clave para el desarrollo cognitivo del Derecho. A través de narrativas que reflejan transformaciones sociales y escenarios futuros, la literatura proporciona arquetipos y modelos experienciales útiles para prefigurar regulaciones jurídicas y evaluar su eficacia ética y social. Este enfoque trasciende la mera inspiración estética, posicionando a la literatura como un laboratorio crítico para la información y adaptación del Derecho a contextos cambiantes.