Los rápidos y frenéticos cambios a los que se somete nuestra sociedad han llevado a la formación en la Universidad a desempeñar un papel fundamental. La revolución más importante en la enseñanza a distancia ha sido la aparición del ordenador e Internet. A nuestros alumnos se les puede ofrecer contenidos multimedia en su propia casa. Contenidos multimedia que el alumnado puede “manipular” y se convierta así en un agente activo de su propio aprendizaje.
Así, gracias al ordenador y a Internet, tenemos a nuestra disposición Plataformas Virtuales para una nueva relación entre el alumnado y el profesorado. Gracias a los correos electrónicos, el chat, los foros de discusión o la videoconferencia tenemos una comunicación efectiva. Podemos compartir apuntes, lecturas, prácticas, ver la pizarra electrónica, visualizar al profesor desde el propio domicilio o escuchar las opiniones de los compañeros separados por cientos de kilómetros.
La formación a distancia implica una separación física entre el profesorado y sus alumnos en todo el proceso formativo. Así la nueva Universidad facilita un aprendizaje abierto en el que el alumnado se convierte en el eje central del proceso formativo.
Pero ¿Se están cumpliendo los objetivos de los cursos que ofrecen las universidades a distancia? ¿Tenemos profesores adaptados a esta nueva tecnología? ¿Cómo está siendo la motivación del alumnado? ¿Están siendo positivas las actividades que se les solicita? ¿La evaluación del alumnado es la correcta? ¿Y los aspectos técnicos? ¿Las plataformas son de fácil navegación? ¿La carga de información es rápida y eficiente? ¿El tamaño de la letra es correcta?
Para ello analizaremos una encuesta realizada a los 93 alumnos de Campus Andaluz Virtual con respecto a las asignaturas que tutoriza la Universidad de Huelva.