El fenómeno del cine virtual busca colmar una vieja aspiración por aprehender la condición esencial del teatro: la vivencia de un acontecimiento único e irrepetible por parte del espectador que contempla a unos actores enfrentados a situaciones en ese preciso instante. Ya en los años cincuenta se abordan experimentos con el cine en relieve (primer sistema 3D) o, también, se emprenden búsquedas con el sen-tido del olfato (el smell-vision). La llegada de la revolución informática y su motion control system implica una nueva conquista en las sensaciones visuales del espectador y preludia la irrupción de un auténtico visionario en este sentido: Francis Ford Coppola. Su cine electrónico es un vehículo experimental para rodar con telecámaras y soporte magnético y, además, prepara el terreno para la aparición de los info-gramas y la ruptura definitiva de la secuencia imagen-ojo-objeto, verdadero salto cualitativo hacia la pluridimensionalidad de la imagen. La creación con infogramas de realidades imaginarias y la revitalización del cine de género (Ciencia Ficción y Fantasy Films) tiene un momento clave en el año1999 con dos productos emblemáticos: Matrix y La amenaza fantasma. La definitiva conquista de la emoción teatral del espectador envuelto por seres inexistentes (monstruos, robots o animales mitológicos, que habitan en lugares alejados en el tiempo o en el espacio) es una realidad con Peter Jackson y la primera película de su trilogía tolkeniana: La Comunidad del Anillo.