La relación entre el gobierno e los arqueólogos ha sido un tema problemático en la historia de la arqueología coreana. El gobierno y los arqueólogos establecieron su relación en torno a tres temas fundamentales: los procesos de autorización para excavaciones arqueológicas, instituciones arqueológicas gubernamentales y estructuras de financiación de investigación arqueológica. Estos espacios de relación tienen un origen colonial, implicando relaciones coloniales entre el gobierno y los arqueólogos. La derrota del Imperio Japonés en 1945 implicó cambios sustanciales en las relaciones entre ellos. Este artículo defiende que la descolonización de esos espacios de relación alentó el establecimiento de nuevas dinámicas que permitieron la formación de un espacio de investigación autónomo para los arqueólogos durante el periodo posterior a 1945. Sin embargo, desde 1968, la mayor involucración del gobierno en la gestión cultural afectó la dirección de la investigación desarrollada, aunque sin completamente destruir la autonomía antes mencionada.
Este argumento representa una contribución al debate sobre la libertad de investigación y los regímenes autoritarios en Corea del Sur. Los limitados medios gubernamentales bajo el régimen de Syngman Rhee (1948-1960) y los primeros años del régimen de Park Chung Hee (1961-1979) hasta 1968, dejó en manos de los propios arqueólogos la definición de los principales objetivos de investigación arqueológica y la búsqueda de financiación para su consecución. A partir de 1968, el gobierno inició una campaña de investigación arqueológica que, a partir de la financiación y la identificación de objetivos prioritarios, afectó a la dirección que tomó la investigación arqueológica, pero sin destruir la posibilidad de la investigación arqueológica al margen de ellos.