El fenómeno del ciberacoso conlleva importantes consecuencias negativas sobre la salud y el bienestar de los adolescentes implicados. Existe una extensa literatura que aporta evidencias sobre qué factores parecen amortiguar y minimizar dicho impacto negativo, así como qué variables pueden proteger o suponen un riesgo para el desarrollo del ciberacoso. Entre los factores que han mostrado evidencias como predictores de la cibervictimización se encuentran diversas variables personales y de salud mental. Uno de los recursos personales que ha mostrado efectos beneficiosos sobre el bienestar y la salud es la gratitud. Sin embargo, existen pocos estudios que analicen el papel de este recurso en el contexto del ciberacoso. Por ello, el propósito de este estudio fue examinar la relación entre ser una persona agradecida y sufrir ciberacoso a largo plazo. La muestra inicial estuvo compuesta de 1047 estudiantes de secundaria entre 12 y 18 años. De ellos, 577 fueron chicas y 470 chicos de la provincia de Málaga (España). Los adolescentes participantes completaron una escala de cibervictimización y un cuestionario de gratitud en un primer tiempo, y, cuatro meses después, completaron de nuevo la escala de cibervictimización, así como una escala de ansiedad. Los análisis revelaron que un mayor desarrollo de la gratitud predijo una menor frecuencia de sufrir conductas de ciberacoso. Asimismo, la ansiedad medió la relación entre gratitud y cibervictimización cuatro meses después. Los hallazgos de este estudio muestran evidencias de que el desarrollo de la gratitud podría mejorar la salud mental de los adolescentes, lo que a su vez podría ayudar a disminuir las posibilidades de sufrir cibervictimización en un futuro. Así, parece que el desarrollo de la gratitud podría ser un recurso a considerar dentro de los actuales programas preventivos del ciberacoso.