El desarrollo tecnológico y la proliferación de teletrabajo han contribuido a que la confusión entre el tiempo de trabajo y el tiempo libre sea una realidad cada vez más habitual para muchos trabajadores. La “jornada de trabajo líquida” se caracteriza, precisamente, por un desbordamiento o filtración a espacios de la vida privada del trabajador. En este trabajo, nos proponemos abordar los nuevos problemas que en la actualidad plantea la ordenación del tiempo de trabajo, que están relacionados con la proliferación de tiempos de dudosa calificación, las llamadas “zonas grises”; el desbordamiento de la jornada de trabajo hacia el “tiempo libre”; y la imprevisibilidad de la duración y la distribución del tiempo de trabajo por incremento de las jornadas y los horarios variables. En atención a estos nuevos problemas, la ordenación del tiempo de trabajo también debe perseguir nuevos objetivos que contengan las filtraciones del trabajo a la vida extralaboral, a través del derecho a la desconexión digital y la obligación del registro horario; y establecer unas garantías mínimas de previsibilidad del horario de trabajo, fijando con una cierta antelación, los días y las horas de la prestación de los servicios contratados.