Este artículo versa sobre la huella ambiental que la industria romana de la construcción dejó tras de sí por todo el Imperio. Los testimonios avalan un alto grado de contaminación en el aire, como se sabe, pero el mar ha sido estudiado en menor medida, en cuanto a este asunto se refiere. Tengamos en cuenta que el proceso constructivo, desde la extracción de los materiales hasta la probable restauración que la obra demande, transcurridos los años, es muy largo y contaminante en todas sus fases. Hemos elegido el mar como medio natural agredido y, por tanto, contaminado, a consecuencia de una práctica, según los indicios, habitual: construir mansiones de todo tamaño o termas mar adentro. Para tratar el asunto hemos seleccionado algunos testimonios de escritores latinos que se han confrontado, finalmente, con los textos seleccionados de parte de la jurisprudencia clásica romana.