Las redes sociales se han convertido en un nuevo canal publicitario. Los contratos publicitarios también han tenido que adaptarse a las nuevas relaciones comerciales surgidas entre el empresario que desea promocionar sus productos y servicios y el influencer, persona que influye en el comportamiento y decisiones de compra de los usuarios en estas plataformas. Este aprovechamiento publicitario si no se identifica adecuadamente, puede considerarse una práctica desleal.