Este ensayo analiza las contribuciones de Adam Smith y de Karl Marx a la teoría de los salarios del trabajo, a la problemática de su formación, y al alcance de sus efectos sobre el bienestar de los trabajadores y de la sociedad. Ambos maestros comparten un análisis económico centrado en el lado de la oferta, así como la idea de que el producto íntegro del trabajo le pertenece al trabajador, antes de la acumulación originaria y la apropiación de la tierra; al igual que la teoría del valor trabajo. Y asignan un papel inicial a la oferta y la demanda en el mercado de trabajo como regulador de los respectivos salarios de mercado; si bien consideran que, a largo plazo, se impondrá una componente histórica en su formación. Así, mientras Smith proclama que las fluctuaciones del salario de mercado tenderán hacia el salario natural, Marx establece que el valor de la fuerza de trabajo está determinado por el valor de los medios de sustento y por una componente histórica y social. Pero también hay diferencias muy relevantes entre ellos: en contra de la propuesta de Smith de que los trabajadores puedan vivir de su trabajo mediante unos salarios que al menos les mantengan, Marx propone la reconstrucción económica de la sociedad, a partir de la abolición del sistema del trabajo asalariado.