Introducción: la especialidad pediátrica se encuentra inmersa en un profundo cambio epidemiológico. El desarrollo de la especialidad, el avance tecnológico y factores como los cambios en el estilo de vida, han generado un nuevo marco de trabajo en el que la cronicidad, la pluripatología y las situaciones de dependencia cobran cada vez mayor relevancia. Estos pacientes consumen un mayor número de recursos y agrupan un porcentaje alto del gasto sanitario, lo que hace que su definición e identificación comience a ser una prioridad para el sistema de salud en los últimos años. La condición crónica compleja (CCC) se define como aquella condición médica que es esperable que dure al menos doce meses y que afecta a diferentes órganos o sistemas, o a uno con gravedad suficiente como para requerir seguimiento pediátrico especializado; ligada a la misma se presenta un listado de condiciones que son consideradas como CCC. Sin embargo, la definición es amplia y los códigos asociados recogen enfermedades que no necesariamente asocian limitaciones funcionales en la vida diaria. Esto motiva que otros grupos sigan buscando nuevas definiciones y que aparezcan diferentes términos, a lo largo de los años, buscando una mayor especificidad; pero sin que exista un consenso claro entre las diferentes terminologías y el grado de afectación funcional que debe presentar un paciente para que pueda ser considerado como complejo.