Las Alternative Dispute Resolution (ADR) suponen en la actualidad unos mecanismos alternativos o complementarios a la jurisdicción que, por un lado, coadyuvan a otras iniciativas tendentes a la descongestión de la Administración de Justicia, y, por otro lado, constituyen unos métodos adecuados para la resolución de conflictos jurídicos más flexibles que el proceso. Además, las ADR otorgan un papel protagónico a las partes en detrimento del protagonismo que adquiere el Estado en la jurisdicción. La eclosión de las nuevas tecnologías ha supuesto el advenimiento de unas nuevas formas de relaciones jurídicas, especialmente en el ámbito del comercio electrónico. Las ADR, debido a su carácter flexible, se han desarrollado conforme a las ventajas que ofrecen los avances tecnológicos, naciendo así las Online Dispute Resolution (ODR). Así, se han implementado métodos de ODR que no son más que las ADR realizadas a través de medios tecnológicos, ya sean sincrónicos o asincrónicos. La aparición de la Inteligencia Artificial (IA), hasta ahora desconocida en el ámbito jurídico, ha hecho que estemos asistiendo a un nuevo paradigma tanto en la jurisdicción cuanto en las ODR. Tras las experiencias de la negociación por medios electrónicos, se plantean importantes interrogantes en relación con la mediación a través de IA, que está propiciando la travesía sin retorno desde la mediación electrónica (e-mediación) hasta la mediación a través de la IA (i-mediación).