Durante los últimos años el ciberacoso ha aumentado entre la población adolescente. La literatura muestra evidencias claras sobre el impacto negativo de este fenómeno sobre la salud física y mental de los adolescentes (Eyuboglu et al., 2021). En este sentido, las investigaciones se han centrado en los recursos psicológicos que pueden estar involucrados en el ciberacoso (Kowalski et al., 2019). Tanto los rasgos de personalidad como el clima familiar han sido variables clásicas asociadas al ciberacoso. Sin embargo, el papel de la inteligencia emocional como factor explicativo frente a los comportamientos de ciberacoso ha sido menos estudiado (Quintana-Orts et al., 2021). El presente estudio tiene dos objetivos, por un lado, encontrar pruebas de validez incremental de la inteligencia emocional sobre los cinco grandes rasgos de personalidad y el clima familiar. Por otro lado, determinar si las mismas o diferentes dimensiones de la inteligencia emocional están implicadas en la predicción tanto de la cibervictimización como de la ciberagresión. Se realizó un estudio transversal con 1848 adolescentes (53,9% chicas y 45,6% chicos) entre 12 y 18 años. Para explorar los objetivos, se realizaron regresiones jerárquicas en dos modelos, uno para ciberagresión y otro para cibervictimización y en ambos se controló la edad y el sexo. Los resultados mostraron que las dimensiones de inteligencia emocional aumentaban la varianza explicada en ambos modelos. En concreto, tanto la percepción interpersonal como la regulación emocional tuvieron un efecto significativo en ambos modelos. Estos hallazgos muestran que más allá de los rasgos de personalidad y el clima familiar, la inteligencia emocional parece ser un factor que influye en las conductas de ciberacoso. En concreto, la percepción interpersonal y la regulación emocional parecen ser dimensiones claves para entender la cibervictimización y la ciberagresión.