La trata de personas con fines de explotación sexual es un fenómeno de incidencia mundial que afecta
mayoritariamente a mujeres y niñas y que puede tener importantes consecuencias para su salud física. Así, el
Parlamento Europeo (2023) considera este fenómeno como una forma de violencia que viola los derechos de
las víctimas y así como eleva el riesgo de sufrir situaciones traumáticas con consecuencias para su salud.
Especialistas de medicina y psiquiatría (Garcón, 2023), señalan que hay relación directa entre la presencia de
estos trastornos psiquiátricos y el tiempo que las víctimas han estado expuestas a las redes de trata de
personas, así como a las rutas migratorias hasta llegar a destino. En este sentido se señala que no solo sería un
impacto psicológico derivado de su situación, sino que el tiempo estaría relacionado con un proceso
acumulativo, tanto de estresores como de factores traumáticos que agravarían la situación de salud mental. La
literatura científica ha encontrado, además de un estado de salud física deteriorado una gran afectación
psicológica (PHIT, 2024). Entre las consecuencias en la salud mental de las mujeres explotadas sexualmente
se encuentra sintomatología concreta como la sintomatología ansiosa y depresiva, además de posibles cuadros
de trastorno de estrés postraumático y trastorno de estrés postraumático complejo. También se ha encontrado
la presencia de sintomatología disociativa, así como una afectación cognitiva significativa en la atención y
memoria. Finalmente, la presencia de sintomatología comórbida es otro de los factores de riesgo que están
presentes, especialmente con trastornos relacionados con el consumo de sustancias (PHIT, 2024).