El estudio plantea una reflexión historiográfica sobre la concepción de la Historia, donde la “Universal”, la “Grande” y “General” Historia no ha sido más que un registro parcial del ayer, escrito desde un punto de vista pretendidamente aséptico, pero sesgado, que potenciaba entre otras exclusiones las de clase, género y etnia, funcionando como un elemento legitimador a la hora de transmitir los códigos normativos que permitían tales exclusiones. Bajo esta premisa, anima a reconocer esta relación de poder cultural asimétrica y a restituir el relato histórico femenino enterrado en los estratos del pasado. Las voces, escritos y documentos plasmados por ellas son unas fuentes fidedignas y claras que explican, ante la multitud de registros olvidados por su aparente falta de relevancia, cómo las mujeres han dibujado una línea constante e incisiva que ha dejado una gran impronta en los procesos históricos. Recogerlos y elevarlos a la categoría de valor que demuestran es un ejercicio fundamental si queremos escribir una Historia libre de sesgos, y por tanto, un relato que no invisibilice a media humanidad.