El presente trabajo expone una serie de procesos para la defensa del patrimonio arquitectónico y urbanístico de la ciudad de Málaga donde se ha participado de manera activa. Desde el rol del historiador del Arte como docente se pretende el acercamiento de la ciudadanía a los bienes culturales a través de un vínculo emocional que los convierta en imprescindibles. Lo que provocará que, en el caso de producirse actuaciones en cuyos procesos estos elementos se pusieran en peligro de desaparición o pudiesen sufrir algún tipo de mutilación, sean los propios habitantes los que procedan a defender cada una de estas causas. En este estudio se han considerado dos sectores, en primer lugar el alumnado universitario, con una formación específica; por otro lado el habitante, permanente o eventual, que se ubica en otros círculos pero que desarrolla su actividad en el territorio donde se localizan estos elementos arquitectónicos. La participación en el aula ha sido positiva y ha derivado en un aumento del interés y de la colaboración de los estudiantes en actos de defensa, mientras que en el trabajo con la ciudadanía ha resultado más complicada la implicación del residente, a pesar de que se han estudiado los perfiles de público y se han adaptado las herramientas de difusión y divulgación.