El régimen franquista recurrió a una amplia diversidad de elementos para consolidar el nuevo statu quo. El estricto intervencionismo que el aparato de poder ejerció sobre la cultura española, incurrió en el ámbito humorístico transformando el paradigma representado en la etapa republicana. De una producción caracterizada por la ironía, la crítica y lo sardónico, el humor se transformó en un instrumento de tipo pedagógico que endulzaba y camuflaba el adoctrinamiento. En este sentido, sirvió de vehículo cultural para transmitir las nuevas políticas nacionalistas e ideología del régimen. La satírica construida en torno al “rojo” demonizado en representaciones gráficas y orales era una constante, a la que tenemos que sumar el ejemplo de la mujer “pedante”, a la que Sección Femenina atacaba en una abierta alusión a las mujeres republicanas.
Gracias a esta investigación, se pretendió dilucidar qué tipo de representaciones simbólicas se mostraban y cuáles eran los roles y modelos de género que defendían. Por otra parte, no hay que olvidar que el humor, al ser un mecanismo de comunicación, alberga una interpretación abierta y personal por parte del receptor. De este modo, arroja la posibilidad de que se produzcan reapropiaciones subjetivas y, con ellas, la aparición de contradicciones y fisuras. La posibilidad del discurso humorístico de desconcertar y crear un doble sentido fue el punto de partida para conocer si el humor radiofónico contribuyó a engendrar posiciones resistentes o posturas rebeldes.