Este artículo indaga en la relación paradójica que, en la modernidad, surge entre el Derecho y la Violencia. Analiza los tres órdenes del discurso que se han ocupado de la misma – la crítica de Benjamin, la legitimación de Hart y la diferencia de Derrida – y reflexiona sobre su capacidad para distinguir entre ambas realidades que en origen aparecen co-implicadas. Tras haber hallado una herramienta teórica idónea para ganar la apuesta de la diferencia solo en el discurso de Derrida, la perspectiva de examen enfoca a partir de ahí hacia la búsqueda de prácticas sociales a través de las cuales el Derecho moderno consigue reducir y contener la violencia.