A pesar de que la ciudad de Murcia es una fundada bajo el gobierno del emir de Córdoba, Abd al-Rahman II, en el año 825, su entorno, surcado por el Segura es objeto de ocupación desde época romana. Precisamente, dicho poblamiento experimenta un especial dinamismo a partir de época bajoimperial, momento en el que se configuran dos flancos diferenciados, el meridional y el septentrional. Mientras que algunos de los hitos del primero, como el denominado "martyrium" de La Alberca o la basílica de Algezares, fueron ya excavados a comienzos del siglo XX, el flanco norte, que pivota en torno al yacimiento de Senda de Granada, ha sido excavado en fechas recientes, permitiendo la individualización de sus sucesivas fases, de las que destaca muy especialmente la visigoda, con patrones de ocupación tradicionalmente asociados al centro peninsular.