La condición nómada ha determinado la configuración de las sociedades humanas durante su larga evolución. Diversas corrientes humanísticas, socioculturales y políticas han estudiado las posibilidades simbólicas y estéticas de este deambular, pero ninguna en tanta profundidad como la deriva situacionista. A partir de Debord se incrementa el interés por la pérdida como estrategia poética. Así, el arte del errar se convierte en un modo de habitar poético capaz de dotar de significado al territorio recorrido y generar cambios relevantes en el ecosistema entrópico de la ciudad y de sus núcleos olvidados o desgastados, como el caso de Los Asperones en Málaga, España. Entre los modos inapropiados de este habitar metafórico, promovido por el arte en movimiento y la arquitectura de a pie, analizamos el concepto de jardín de emergencia o de guerrilla y otros proyectos urbanos o artísticos que apuestan por un crecimiento desbordado como el de la mala hierba, que sabe crecer entre los márgenes olvidados y desafiar los órdenes establecidos para cambiar la estructura de nuestra realidad social y proponer alternativas a nuestras maneras de hacer mundos.