Se estudiaron, mediante técnicas histológicas, histoquímicas e inmunohistoquímicas, la formación, ubicación topográfica y calcificación del cartílago en válvulas aórticas bicúspides de 235 hámsteres de edades comprendidas entre 0 y 173 días. En 141 válvulas se localizó un rafe más o menos desarrollado en el seno ventral. Las 94 válvulas restantes carecían de rafe. El primer signo de condrogénesis valvular fue la presencia de pequeños grupos de células incrustadas en una matriz extracelular positiva para colágeno tipo II. Estos grupos celulares se convirtieron en cartílago hialino o fibrocartílago. El 67% de los cartílagos valvulares se desarrollaron durante las primeras 6 semanas de vida. El tejido cartilaginoso era capaz de formarse en cualquier lugar a lo largo de las uniones de las valvas de la válvula a sus senos de soporte. Sin embargo, los análisis estadísticos corroboraron que la zona más propensa al desarrollo del cartílago era las bases de los senos y del rafe. En estos sitios, el cartílago era generalmente hialino y a menudo se calcificaba. Los hallazgos coincidieron con la suposición de que la estimulación mecánica intensa desempeña un papel importante en la formación del cartílago valvular. Estos hallazgos proporcionaron una nueva evidencia de que, en las válvulas cardíacas semilunares de los hámsteres sirios, la formación de cartílago no implica la agregación de un gran número de células antes de su diferenciación en condrocitos. Los cartílagos hialinos valvulares parecen actuar como pilares competentes, resistiendo las tensiones mecánicas generadas durante el ciclo cardíaco. La deposición de calcio en la matriz puede considerarse como un proceso de refuerzo del tejido cartilaginoso. Finalmente, se hipotetiza que la formación de cartílago en las válvulas aórticas de los hámsteres previene la calcificación distrófica de la válvula, un cambio patológico que causa estenosis aórtica en el hombre, especialmente en pacientes con válvula aórtica bicúspide.