En la sociedad actual continúa existiendo un espacio de invisibilidad en torno a las mujeres con discapacidad reconocida. Sufren las mismas desigualdades que en épocas anteriores, pero con unos efectos, incluso, más negativos. Obstáculos en ámbitos diversos de la vida cotidiana, pero, sobre todo, en el acceso al empleo. A mayor abundamiento, los nuevos escenarios introducidos por la revolución digital y la industria 4.0 representan para ellas un riesgo exponencial de exclusión digital y ponen en jaque su plena integración laboral. Pese a la articulación de un marco jurídico garante de la igualdad formal, la pervivencia de discriminaciones significativas en el acceso al mercado de trabajo de este colectivo no cesa. Ello evidencia que las normas legales son insuficientes per se , de modo que, un fenómeno tan complejo debe abordarse adaptando las soluciones a las exigencias de una realidad profundamente cambiante como la actual.