Proponemos una interpretación acerca de los mecanismos de construcción de identidad colectiva (y sus formas de expresión) que hubieron de generarse en el seno de las comunidades fenicias del sur de la Península Ibérica en paralelo a su conversión en civitates romanas. Nos centramos, por tanto, en las dimensiones cultural e identitaria del proceso de integración de dichas comunidades en las estructuras de Roma, desde el final de la Segunda Guerra Púnica hasta época de los Flavios. Las continuidades culturales fenicias son consideradas como un reflejo de la posible existencia de elaboraciones y reelaboraciones étnicas a partir de componentes real o pretendidamente antiguos con fines de legitimación. Nuestra conclusión es que los fenicios de la Península Ibérica, aunque comienzan a integrarse tempranamente en el mundo romano, debido a la necesidad de las élites de consolidar sus posiciones de hegemonía tanto dentro de sus propias comunidades como de cara al nuevo poder, lo hicieron intentando no perder sus particularidades. Como base para ello, recurrieron a toda una serie de elementos culturales que marcaban su especificidad frente a otras identidades coetáneas mediante la conexión con un ancestral y prestigioso pasado. Dos serían los componentes nucleares de este proceso, la reivindicación de unos orígenes comunes, verdaderos o putativos, que enraízan con la ciudad de Tiro, antiquísima metrópolis, y la figura de Melqart, no sólo por ser la divinidad tutelar de dicha urbe, sino también por ser el dios fundador por antonomasia dentro del ámbito fenicio.