En una sociedad envejecida, y con una creciente implantación, en las empresas, de nuevas tecnologías que dificultan la adaptación de los más mayores, nos encontramos con un número relativamente alto de trabajadores maduros que se ven expulsados del mercado laboral, llegando frecuentemente a convertirse en parados de larga duración. De las prestaciones que han servido como principal sostén de las políticas pasivas de empleo de los trabajadores maduros, vamos a centrarnos en la protección por desempleo, analizando cada una de las posibilidades que podría tener un trabajador maduro en caso de pérdida de empleo para ver cubiertas sus necesidades y comprobar si realmente es efectiva para dar cobertura a este colectivo.