Los estudios artísticos han luchado desde sus inicios con la pretendida subjetividad de su enjuiciamiento, un supuesto que ha entorpecido su desarrollo como enseñanza reglada. La disciplina de las Bellas Artes necesita de la utilización de nuevos métodos pedagógicos para su avance educativo. Como parte de ese diseño conceptual que posibilite una mejor enseñanza, la rúbrica es un sistema de evaluación que permite juzgar las competencias propias de toda materia del Espacio Europeo de Enseñanza Superior a partir de la fijación de unos criterios. Con ella se detalla la labor analizada, concretándose al máximo el proyecto común de enseñanza-aprendizaje, y se proporcionan unos indicadores de corrección o incorrección del proceso de gran utilidad para el alumno como guía práctica. Continúa con la tradición de la crítica aplicada a la educación artística. Su presentación visual en forma de tabla con correspondencias y lecturas verticales y horizontales colabora a una rápida comprensión de lo expuesto, permitiendo y demandando el uso de otras herramientas. Su redacción incorpora el lenguaje propio de la materia, buscando su conocimiento y entendimiento. Facilita la práctica de la autoevaluación, y una metaevaluación desarrolla y ajusta el sistema de valoración, buscando una continua retroalimentación.