El fenómeno de la globalización del arte ha eliminado las fronteras territoriales que caracterizaban los distintos mapas culturales y estéticos de cada país y confundido los márgenes propios
de la creación artística, sobre todo cuando esta se basa en la utilización de los medios tecnológicos y en la interconexión entre lenguajes, lenguas y culturas. La preocupación acerca de la
desaparición material de la obra a favor de sus elementos conceptuales, así como del fenómeno de espectacularización y comercialización de la producción artística por parte de las instituciones del arte, comporta una refl exión acerca de las dinámicas políticas internacionales y de
sus efectos en la identidad del arte local y nacional. El movimiento de los artistas, que en muchos casos tienen que modifi car la esencia estructural de sus obras para que un público heterogéneo pueda interpretarlas, vuelve siempre más complicada la interpretación del mensaje
cultural inserto en sus trabajos. En este contexto, la traducción se vuelve una necesidad.