La violencia entre iguales ha sobrepasado los límites de la escuela para producirse en cualquier momento y lugar gracias al uso de las tecnologías. En este fenómeno, conocido como cyberbullying, se ven implicados todos los escolares tanto si presentan o no necesidades de apoyo educativo. Este estudio muestra la prevalencia de ciberacoso en 2010 y 2012 en una muestra de 2580 alumnos entre los 11 y 21 años y los dispositivos utilizados por los mismos para acosar a sus iguales. Los resultados anticipan una reducción en el porcentaje de implicados en cyberbullying a lo largo del tiempo confirmando una mayor participación de chicos como agresores y chicas en el papel de víctimas. Además, se evidencian diferencias significativas entre las cybervictimas que participan en programas de apoyo educativo y las que no. Por su parte, el ordenador y sus múltiples utilidades son los preferidos para acosar con un mayor uso en 2010 del correo electrónico y el Messenger frente a las redes sociales presentes en la agresión y la victimización en el estudio de 2012. Las consecuencias derivadas de estas dinámicas de acoso online son incluso más devastadoras que las propias del bullying tradicional, resaltando la urgente necesidad de implementar acciones educativas dentro y fuera de las aulas incluyendo a la familia y al grupo de iguales.