La investigación parte de la hipótesis de que el desarrollo de actitudes hacia la Unión Europea y la identificación con ésta tiende a ser reforzada o debilitada dentro de las redes personales de las que forman parte los individuos. Se considera que la identidad europea es una innovación que se difunde –o no- a través de las redes personales. Esta innovación se considera prestigiosa socialmente y, por ello, es adoptada en primer lugar por quienes ejercen un liderazgo de opinión en la red. Empleando la distinción de Merton entre líderes locales y cosmopolitas, se espera que estos influyentes tengan un perfil más cosmopolita que el resto de miembros de su red. Además, se cree que son aquellos más familiarizados con el proyecto político europeo los que son considerados “expertos” en su red y por ello ejercen un liderazgo. Por último, se quiere comprobar si son las personas que ocupan posiciones de puente entre partes de la red locales y cosmopolitas las que promueven la difusión de información sobre la Unión Europea –actitudes, opiniones y, en último término, una identidad- a través de los lazos débiles.