La lectura y la escritura son competencias esenciales para la vida, por lo que su aprendizaje representa uno de los objetivos primordiales de la educación. Aunque nunca han existido tantos lectores como en la actualidad ni se ha leído tanto, la lectura sigue sin estar de moda entre los menores de 15 a 18 años (Federación de Gremios de Editores de España, 2022). En este contexto urge la necesidad de configurar itinerarios de lectura y escritura planificados atractivos que conecten con los más jóvenes y que persigan formarlos como personas críticas, reflexivas y con la capacidad de transferir sus conocimientos y habilidades a otros aprendizajes para toda la vida. En este sentido, entornos como la biblioteca escolar son un apoyo constante, ya que tienen en cuenta los cambios de prácticas y soportes de lectura, crean experiencias de interés y posibilitan el encuentro, y ofrecen diversidad en su colección.
Cierra esta ponencia algunas experiencias prácticas fácilmente replicables que persiguen la formación de los jóvenes lectores y que conectan con las necesidades emocionales de pertenencia al grupo y liderazgo entre los adolescentes.
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