Una de las mayores diferencias existentes entre el orden usual de las palabras en la época clásica y el de la sintaxis moderna consiste en la colocación del verbo y de los pronombres inacentuados. En la lengua áurea, la posición del pronombre personal átono respecto al verbo atiende a unas reglas diferentes de las que se conocen actualmente, así, mientras en español moderno el pronombre átono aparece delante de las formas personales del verbo (proclisis) y detrás con las formas no personales y con los imperativos afirmativos (enclisis) (Fernández Soriano 1999, p. 1261), en el primero de los Siglos de Oro la alternancia entre formas proclíticas y enclíticas seguía rigiéndose principalmente por el sistema de colocación que era vidente en el periodo anterior. En el presente trabajo nos proponemos llevar a cabo un acercamiento empírico a un aspecto concreto de la lengua castellana: se trata de analizar la posición del pronombre personal átono en un manuscrito del siglo XVI, concretamente, las Ordenanzas municipales de Canena de 1544 (Jaén). El objetivo de este estudio es concretar qué variedad de colocaciones del pronombre personal átono utiliza el escribano como norma general y si estas siguen las pautas medievales o, por el contrario, permiten vislumbrar los cambios que prefiguran el sistema moderno. Los resultados de los contextos estudiados en el manuscrito de las Ordenanzas de Canena muestran que, aunque la norma general sigue siendo la empleada en la época anterior, empiezan a apreciarse algunos de los cambios que darán paso al definitivo sistema de colocación moderno.