Las garantías de orden y seguridad que pretendía el siglo XIX, resultado de las revoluciones industriales y la supremacía del hombre blanco, han resultado fallidas en el XX, con la división en bloques y modos de producción del mundo, y durante las últimas dos décadas, la caída de la URSS. Resultado de un cansancio y una decadencia, de una no viabilidad e imposibilidad de prolongación del sistema capitalista mundial (ver Paul Bairoch, El Tercer Mundo en la Encrucijada, aprox. 1980), son los hitos históricos más importantes que estrenan el siglo XXI: el 11-S y el primer presidente negro de EEUU; y otro factor importante sería el traslado del centro económico mundial, del Océano Atlántico al Pacífico.