Actualmente, las grandes cantidades de residuos generados por los neumáticos que han cumplido su vida útil suponen un gran problema medioambiental, puesto que anualmente se generan miles de toneladas de estos residuos, que no son biodegradables y además arden con gran facilidad, suponiendo un riesgo grave de incendios.
Ante esta situación, este trabajo propone dar utilidad a estos residuos, implantándolos en los guardarraíles de las carreteras, de modo que de esta combinación surja un sistema compuesto por dos materiales, capaz de disipar mayor cantidad de energía en caso de impacto, por lo que aumenta la seguridad proporcionada por estos elementos.
Para realizar dicha labor, se va a estudiar cómo generar un modelo numérico capaz de cuantificar la reducción en los efectos causados por un impacto al añadir al sistema de estudio un material viscoelástico obtenido a partir de neumáticos desechados.
En esta primera fase, se trabajará con un modelo de dimensiones reducidas, buscando obtener una buena correlación de resultados entre el modelo numérico y el modelo experimental. El objetivo es desarrollar un modelo con el que se obtengan resultados satisfactorios para poder dar el siguiente paso: calcular un modelo numérico a escala real, cuyo estudio experimental es económicamente inviable por ser demasiado costoso.