El capítulo Proyecto expositivo de la obra para la habitación del emperador, del libro Pinturas murales de la habitación del emperador Carlos V en la Alhambra: una hipótesis visual, recoge la investigación proyectual motivada por la necesidad de exhibir “la Hipótesis Visual de las pinturas murales de la sala de Las Frutas de la Alhambra”, que a su vez concluía el proyecto investigador de la catedrática Asunción Jódar, en torno a la reconstrucción de las pinturas murales que decoraban la sala mediante la expresión gráfica de una suposición visual de las mismas. La propuesta, arranca de la singularidad de la propia obra y de la contingencia surgida al no poder ser expuesta en la sala para la que fue creada ex proceso. Ya que, en el momento en el que se traslada a la Cripta del Palacio de Carlos V, el poliéster escogido como soporte gráfico adquiere una novedosa connotación. Alejados de los muros originales, la inmaterialidad de la sutil trasparencia de los pigmentos sobre el poliéster cobraba fuerza en la estrategia de reproducir la sala alojada en medio de la Cripta exacerbando esa condición de ligereza, casi como si los pigmentos originales hubieran sido separados de los muros y flotaran ahora en el aire. Pero, la imposibilidad de establecer soportes fijos en los que apoyar esta sala de papel en mitad de la Cripta dificultaba su ejecución. Conciliando ambos aspectos, se optó como soporte por tres paramentos de vidrio, arriostrados en L, sobre los que apoyaba una corona ligera de la que descolgarían los paños de papel. La arquitectura es un elemento de intermediación para generar un paisaje interior, a partir de una construcción efímera que posibilitar la reconstrucción ligera de la sala original con un doble objetivo: Se orientó buscando la mirada al patio de Arrayanes en una conexión simbólica con el monumento y los paramentos de cristal permitían, mediante el reflejo de los muros pétreos, una relación de disolución de los ejes de simetría de la cripta.