El rápido proceso de urbanización de las ciudades latinoamericanas, se reconoce en el predominio de grandes áreas marginales que representan la única alternativa de hábitat viable para más de 180 millones de personas. Conocidos como asentamientos informales, están sujetos a grandes déficits que van desde las conocidas limitaciones en la cobertura de servicios públicos, infraestructuras, hasta la imposibilidad de desarrollar una vida comunitaria. En estos lugares se genera la tendencia a la concentración de una población homogénea con ciertas características comunes que les impide progresar y los lleva, por lo general, a manifestarse a través de la violencia y distintas actividades delictivas. Unas actitudes que, al diferir de las normativas por las que es rige al ciudad, terminan fomentando su propio aislamiento y una creciente exclusión residencial socioeconómica. Estas situaciones son reconocidas en el barrio Las Delicias de la ciudad de Ibagué, Colombia. En él, existe una preocupante degradación del espacio público que crece en paralelo al incremento de actitudes de desarraigo frente al territorio. Manifestaciones resultado de un desconocimiento del entorno y la baja participación de la población en las decisiones que comprometen la planificación y la construcción de su barrio. Desde el reconocimiento de esta problemática se propone un Proyecto de Cooperación Universitaria con el fin de fomentar la inserción socio-espacial del barrio, generar un control social del espacio a través de una cualificación barrial urbano-ambiental y potenciar un renovado protagonismo de su población en la construcción de su propio entorno.