El interés de este trabajo radica en la revisión de algunos de los elementos del lenguaje inherentes a la creación audiovisual, mediante el análisis de un caso concreto perteneciente al medio fotográfico y situado en el espacio geográfico de la ciudad marroquí de Fez. La perspectiva fotográfica que aquí nos interesa es la de la propia ratificación y certificación del referente que reproduce la fotografía, atendiendo a la descripción de que “toda fotografía es un certificado de presencia” (Barthes, 1990), que unida a su esencia desde el momento inicial, la emplaza en lo que podríamos denominar metafóricamente, espejo de la realidad, aprehendiendo todo aquello que refleja. Su esencia física capta la “huella de luz” más allá del espejo que la invierte, en esa mágica destilación de la luz en la oscuridad de la cámara fotográfica, que a modo de metáfora de la caverna, nos va a situar en la perspectiva del conocimiento de las ciencias sociales. De esta manera, toda fotografía tiende a traspasar el espacio físico para trasladarlo al espacio mental, en clara asociación a la memoria. Esta pertinencia y efectividad fotográfica pocas veces va a tener que ver con la intencionalidad del autor, toda vez que esta producción visual queda al alcance de la comunidad que la asume, configurándose como elementos fuertes de la identidad, junto a los imaginarios que invoca y la construcción de los arquetipos culturales.