El término "inestabilidad carpiana" debe utilizarse únicamente para describir disfunciones sintomáticas en la muñeca con pérdida de la capacidad para soportar cargas fisiológicas sin ceder (inestabilidad cinética) y/o la capacidad de moverse suavemente, sin cambios bruscos en la alineación carpiana (disfunción cinemática). El tratamiento de la inestabilidad carpiana se basa en un análisis exhaustivo de diferentes parámetros: edad, profesión, actividades laborales, etiología, cronicidad, gravedad, ubicación, dirección de la malalineación y patrón de inestabilidad. La mayoría de las inestabilidades agudas y algunas crónicas pueden tratarse con éxito resolviendo la lesión subyacente (ruptura de ligamentos o fractura ósea). Sin embargo, cuando una disfunción crónica ha alterado permanentemente las relaciones espaciales entre los huesos carpianos, haciendo que la malalineación sea irreducible, y especialmente cuando el cartílago articular ha sufrido un proceso de degeneración como consecuencia de dicha disfunción, puede ser necesario realizar un procedimiento de rescate (fusión parcial, carpectomía de la hilera proximal o artroplastia de muñeca). En todas las circunstancias, es importante utilizar una adecuada reeducación muscular de los estabilizadores dinámicos de la muñeca para restablecer los reflejos neuromusculares propioceptivos que garantizan la estabilidad.